ABC

1 octubre 2013

 

Por qué no debe preocuparte la caída del cabello en otoño

 

Es un proceso normal de renovación del pelo, que volverá a nacer transcurridos unos meses sin necesidad de recurrir a vitaminas ni lociones

 

El otoño es la estación de la caída de la hoja y también la época en la que el cabello se renueva con más intensidad. Los especialistas insisten en que es un proceso normal, por lo que no hay que asustarse si vemos más pelos de la cuenta en la almohada o en la ducha. Volverán a nacer transcurridos unos meses sin necesidad de recurrir a vitaminas ni lociones antiácidas.

 

Hay épocas del año en las que el pelo se «recambia» más que en otras, pero esta «muda» es progresiva. De cada 100 pelos que tenemos, siempre hay un 12-15% en fase de recambio de manera que tardamos alrededor de cuatro años en renovar completamente la cabellera.

 

El caso de los recién nacidos, a los tres o cuatro meses, pierden prácticamente toda la pelusa inicial que cubre su cabeza para dejar paso al pelo nuevo. A partir de ahí, nuestra cabeza se irá repoblando de manera aleatoria durante toda la vida, aunque no inmediata. Los cabellos tardan unos tres meses desde que mueren hasta que se caen definitivamente.

 

Que esta pérdida sea más evidente en otoño tiene que ver con el ciclo de nacimiento y crecimiento del pelo. «En general, el pelo muere en primavera, aunque suele tardar tres meses en caerse y no hay que olvidar que si un pelo muere es porque hay otro detrás empujando para nacer. En los últimos años, coincidiendo con el cambio climático, sí hemos visto cómo la muda se adelanta un poco, a los meses de agosto-septiembre», explica Ramón Grimalt, profesor de Dermatología en la Universitat de Barcelona y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

 

«Los especialistas insistimos en que casi todos los cabellos que se caen en otoño se recuperan y reaparecerán al cabo de tres o cuatro meses tanto si tomamos suplementos de vitaminas con como si no», explica.

 

No es sólo que el pelo vuelva a nacer, sino que la mayor parte de alopecias severas no se manifiestan con un desprendimiento súbito del cabello. «Ocho de cada diez personas que acuden a consulta en estas fechas no tienen ninguna enfermedad, sólo están asustadas por quedarse calvas», señala este experto. Muchas de ellas son mujeres, pero el dermatólogo aclara que el fenómeno no es exclusivamente femenino. «Lo único que ocurre es que el cabello largo se ve más cuando se cae», aclara.

 

Otro de los mitos que desmonta el doctor Grimalt es que el pelo no se cae más por los peinados tirantes en el caso de las mujeres ni por lavárselo a menudo. «La raíz del pelo está a medio centímetro de profundidad por debajo de la piel. Los cabellos que logramos arrancarnos fácilmente es porque están en fase de renovación, ya medio sueltos».

 

En cualquier caso, si existe una preocupación por la caída del cabello, hay que consultar a un dermatólogo, que podrá determinar si la caída es fisiológica (normal) o patológica (enfermedad).

 

Lo que funciona y lo que no para frenar la pérdida de cabello

Champús, lociones, pastillas, implantes capilares... no todas las opciones son igual de eficaces para recuperar la melena.

 

Champús, lociones, vitaminas, ampollas... el mercado de los productos capilares que utilizan como reclamo el efecto anticaída es cada vez más extenso. No en vano, la pérdida del cabello es una cuestión estética que preocupa mucho a los hombres y, especialmente, a las mujeres. ¿Quién no se mosquea cuando ve que se quedan más pelos de la cuenta en el cepillo, en la almohada o en la ducha?

 

Lo primero es no alarmarse. Que se caiga el pelo es normal, lo preocupante es que no se regenere. «El problema se plantea cuando hay una desproporción entre el cabello que cae y el que nace, o cuando el cabello nuevo no tiene la misma calidad que el que ha caído», explica el doctor José Carlos Moreno, presidente de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

 

En muchos casos, solemos correr a comprarnos el champú o el complejo vitamínico de turno para frenar lo que pensamos que acabará en tragedia capilar. Pero, ¿hasta qué punto funcionan?

 

«El término de "champú anticaída" no deja de ser un reclamo comercial. No tienen ningún efecto demostrado sobre la pérdida de cabello. Un buen ejemplo de esta ineficacia es el famoso champú de caballo», asegura a ABC.es el doctor Alejandro Camps, dermatólogo del Centro Médico Teknon de Barcelona y miembro de AEDV.

 

En el caso de las lociones y las vitaminas, pueden ayudar a controlar la caída si se debe a situaciones puntuales de estrés o por falta de algún nutriente como el hierro, «siempre y cuando el pelo esté sano», matiza el experto.

 

Si lo que tenemos es un problema de alopecia androgénica (calvicie común) los únicos tratamientos con una eficacia demostrada para frenar la pérdida son el minoxidil 5% (loción) y la finasterida (tratamiento oral), que se adquieren en farmacias. El primero pueden utilizarlo tanto hombres como mujeres, pero el segundo está desaconsejado para las féminas. «Para que funcionen tienen que utilizarse a diario toda la vida», advierte el doctor Camps.

 

Trasplante capilar

Otra opción para recuperar el cabello que está muy de moda es el trasplante capilar. Políticos como Silvio Berlusconi o José Bono y presentadores como Hilario Pino lo han popularizado.

 

La técnica consiste en extraer pelo de la parte trasera de la cabeza e injertarlo en las zonas donde escasea. Pero no todo el mundo es buen candidato para esta técnica. «Se necesita que haya suficiente pelo en la zona dadora para cubrir el área que interesa. Si se espera demasiado y la alopecia es muy agresiva no le vamos a poder trasplantar», avisa el experto. Además, hay que ser paciente porque el cabello tarda en salir de ocho meses a un año.

 

Actualmente, existen dos técnicas de trasplante capilar: la tira y el FUE. En la primera, se extrae de la parte trasera de la cabeza una tira de piel que incluye el pelo con una amplitud aproximada de 1 a 1,5 cms., y se cierra la zona de extracción mediante una sutura que dejará una cicatriz casi inapreciable.

 

En el caso del FUE, se rasura la zona donde se va a coger el cabello, y de ahí se extraen las unidades foliculares de una en una. Es ideal para gente que lleva el cabello rapado, pero si no es tu caso, la tira es, en palabras del doctor Camps, una técnica «más rápida, eficaz y menos torturante». En ambos casos el pelo trasplantado vivirá tantos años como lo hubiera hecho en su zona de origen. «Lo ideal es seguir un tratamiento médico de apoyo para que el paciente no siga perdiendo pelo», añade.

 

El mito del lavado diario

La leyenda de que lavarse el pelo todos los días favorece la caída del cabello está muy extendida, pero es falsa. Más bien sucede lo contrario. «La grasa ahoga al pelo. Un lavado diario con un poco de champú le va al cabello divinamente», asegura el dermatólogo Alejandro Camps, que advierte que uno de los peores enemigos del pelo es el estrés.